un suegro

Hace tiempo que no lo veia, yo estaba simplemente, esperando en que viajar hacia el norte, disfrutando de la noche con mi familia, cuando lo vi acercarce, siempre mirando de reojo.
Pense que no se iba a acercar, yo estaba con mi familia.Y aunque siempre supimos que nos ibamos a trenzar a trompadas, si hasta el momento no habia sucedido era por una cuestion de respeto a las circunstancias. Esta vez fue distinto, se hacerco, dudo antes de actuar y de establecer contacto visual, pero como sabiendo lo proximo que iba a suceder, golpeo a mi madre en la cabeza, de forma poco mas que amistosa y se sento esperando la respuesta, junto a ella.
Nos encontrabamos el borde de la bahia, un acantilado formado por rocas de voladura, con una caida de poco mas de 4 mts.y su golpe fue todo lo que necesite, para encontrarme con un movimiento, rodeando su cuello, haciendole una llave poco efectiva, porque mis intenciones, desde el momento en que lo vi, eran tirarlo por el acantilado, no asfixiarlo.
Lo vi caer, abrirce la cabeza con el filo de las piedras. Sabia que no era una caida mortal, lo supe en ese instante, y cuando trepando ya en el borde le patie la cabeza, para que volviera a caer.
Pero esta segunda vez no mire como cayo, ni como se levantaba y puteaba furioso, sino, que sali corriendo, buscando algo, algo que desde un principio sabia que hiba a usar.
Desde donde estabamos sentados con mi familia, en el borde de esa bahia, se podian ver las nuevas obras publicas del gobierno, en pleno desarrollo, paradas en ese momento por ser de noche, pero ahi seguian, esos adoquines pesados de cemento. Tome uno y volvi corriendo al borde del acantilado, y fue algo tan natural, como arrojar el ultimo pedazo de pan a un perro hambriento, por que eso fue lo que senti.